Un día como hoy, hace 50 años, Yuri Gagarin se convertía en el primer ser humano en viajar al espacio, completar una órbita alrededor de nuestro planeta y aterrizar sano y salvo, algo que habría sido impensable en cualquier otra época. Comenzaba así la carrera espacial, que marcó la década de los 60 y que culminó con el alunizaje de los estadounidenses en julio de 1969.
Ya ven. 50 años de viajes espaciales tripulados. La sensación de ser una especie recién puesta en pie en su cuna, preparada para abandonarla, es como para congratularse, aunque cabe preguntarse: ¿Y ahora, 50 años después, dónde estamos?
Pues en mitad de una crisis que hace tambalearse los presupuestos de la todas las agencias aeronáuticas. Ante el final, por el momento, del programa espacial tripulado de la NASA. Y viviendo en un sistema que, lejos de alentar la exploración espacial, promueve el «cada uno a su bola», y cuyo único ídolo es la rentabilidad económica a corto plazo.
Es posible que alguien ponga en duda los beneficios del programa espacial, sobre todo en relación a lo caro que resulta. Ese mismo alguien seguramente no se haya percatado de que el GPS de su teléfono móvil, la televisión vía satélite, las precisas predicciones metereológicas de las que disfrutamos hoy en día (a «años-luz» de las de hace 50 años), o gran parte de las pérdidas humanas en tsunamis que se logran evitar, por poner sólo algunos ejemplos, serían totalmente imposibles sin los satélites fruto del desarrollo del programa espacial. Y seguramente no habrá considerado el coste en un contexto apropiado, es decir, comparándolo con otra cosa: 15.000 millones de euros, que es actualmente el presupuesto anual de la NASA puede parecer mucho dinero, pero es lo mismo que lo que recauda el Estado español cada año en impuestos sobre la gasolina. Y mucho, muchísimo menos de lo que nos gastamos en guerras.
En la Yuriesfera, tienen muchos artículos sobre el tema. En concreto, esta -muy recomendable- entrada en la pizarra de Yuri me ha dejado un sabor agridulce. Después, releyendo el artículo sobre el futuro de la humanidad en el espacio que escribí para Caos y Ciencia hace unos dos años, mi propia visión me parece demasiado optimista…
Esperemos que me equivoque, y que alguna vez saquemos parte de los huevos de la cesta y los distribuyamos en otra, o en otras.
Mientras tanto, celebremos, y como dirían en ruso: Poyéjali!
ACTUALIZACIÓN: Leo en Eureka una interesante reflexión sobre los costes del programa espacial. Al final, todo se reduce a una cuestión de prioridades; no se la pierdan.
Tras el horizonte de sucesos 
Pero si el Presidente Obama quiere saber como relanzar de nuevo del programa espacial tengo un consejo para el desmantele la NASA. No lo se supongo que por un lado me ha hecho gracia lo de desmantelar la NASA y volver a empezar con un grupito de entusiastas frente al enorme monstruo repleto de burocracia que hoy en dia dirige el programa espacial norteamericano. Pero supongo que sobre todo me ha gustado porque estas frases describen perfectamente el espiritu con el que nacio ese programa espacial.