De terremotos y profecías

De nuevo hay que lamentar víctimas mortales por un desastre natural. Ayer, 11 de mayo, un terremoto de magnitud 4,5 —seguido por una réplica de 5,1— sacudía Lorca, en Murcia, causando destrozos moderados, ocho muertos, y más de cien heridos. Antes de nada, mis condolencias para los familiares de las víctimas y los damnificados.

El caso es que ayer, 11 de mayo de 2011, era el día en que, según las notas dejadas por Raffaele Bendandi (1893-1979), tendría lugar un terremoto que destruiría Roma. Este astrólogo es famoso por sus múltiples predicciones de terremotos en Italia, dos de las cuales se cumplieron, al menos parcialmente, según los periódicos de la época. Su profecía para ayer se basaba en la alineación planetaria que tiene lugar estos días (Mercurio, Venus, Marte y Júpiter se encuentran cerca del Sol en el cielo). Concretamente en que las fuerzas de marea provocadas por todos esos planetas sobre la Tierra sumarían sus efectos.
Como ya vimos hace poco, la fuerza de marea «extra» generada por la superluna, o mejor dicho, por la alineación del Sol con la Luna en el punto más cercano a la Tierra, es muy pequeña y a todas luces insuficiente para causar terremotos. Y si hablamos de planetas, cuya distancia es del orden de 400 a 2000 veces mayor, las fuerzas de marea son absolutamente ridículas: recuerden que las fuerzas de marea disminuyen con el cubo de la distancia y sólo aumentan linealmente con la masa, con lo que varían entre una cienmilésima y una diezmillonésima parte de las fuerzas de marea causadas por nuestro satélite.

Sin embargo, varios medios han relacionado la predicción de la destrucción de Roma con el terremoto que ha sacudido Lorca. No voy a hacer mucho hincapié en lo lamentable que resulta la poca seriedad —o las ganas de sensacionalismos— de algunos periodistas a la hora de contrastar las noticias y ponerlas en un contexto adecuado, pero si hubieran hecho los deberes sabrían que en el mundo hay casi 4 terremotos diarios de magnitud superior a 5,0 —y unos 35 de magnitud entre 4,0 y 5,0—. La probabilidad de que se registrara alguno en la zona mediterránea era, por tanto, muy alta. Sin ir más lejos, esta misma semana se registraba un terremoto de magnitud 5,1 entre Grecia y Turquía.

En fin, que de más de 300 predicciones de terremotos haya «acertado» un par de veces, en algo en lo que por puro azar se debe acertar de vez en cuando, no me parece precisamente una confirmación de la validez del método de Bendani. Yo podría predecir, siguiendo un método similar, que cuatro hombres de signo Piscis matarán a sus mujeres este año en España, y, por desgracia, seguramente acertaría. Pero no sería una profecía, sino simple estadística.

Imagino que no hace falta que siga. Mi tocayo Milhaud explica el caso mejor y más en detalle en Recuerdos de Pandora, y Antonio Martínez Ron habla en La Información de un método cuya validez habrá que confirmar, pero que podría servir para predecir mejor los terremotos en el futuro.